DESCARGAN EN EL PUERTO DE BILBAO 33 TONELADAS DE FUEL DEL «GRANDE AMERICA»

El remolcador 'Ría de Vigo' durante las labores de descarga del fuel en el puerto de Bilbao. / TRADEBE

El buque ha participado junto a embarcaciones francesas y de Salvamento Marítimo en el control de la marea negra tras el naufragio


El remolcador ‘Ría de Vigo’ ha descargado en el puerto de Bilbao 333 toneladas de fuel recogidas las últimas semanas en aguas del Cantábrico procedentes del vertido tras el hundimiento del ‘Grande America’. Se trata de una emulsión equivalente a 330.000 litros que serán tratados para su reciclado por la empresa Tradebe.

El buque llegó la tarde del lunes procedente de mar abierto, donde ha trabajado, junto a embarcaciones francesas y españolas, en el control de la marea negra que desencadenó el naufragio del mercante italiano el pasado 12 de marzo. El navío se deshizo de la carga contaminante a través de conductos herméticos para evitar filtraciones y con ello nuevos vertidos. El material fue trasladado a la planta que la empresa Tradebe tiene en Zierbena. La firma está especializada en servicios medioambientales mediante el tratamiento, valorización y reciclaje de residuos procedentes de las distintas actividades industriales y productivas.

Una vez completada la descarga, el remolcador se hizo de nuevo a la mar y esta vez puso rumbo hacia Galicia. El ‘Ría de Vigo’, aun cuando tiene pabellón español y está fletado por la Unión Europea, ha participado en la contención del combustible junto a los buques de Salvamento Marítimo ‘Alonso de Cháves’ y ‘María de Maeztu’.

Los restos estarían ahora a la altura del cabo Peñas, a 150 kilómetros al norte

Pese al trabajo realizado, la mayor parte del fuel permanece a la deriva, aunque resulta difícil detectar acumulaciones de cierta relevancia. La tripulación de las aeronaves que periódicamente han estado sobrevolando la zona no han descubierto grandes concentraciones, de forma que se da por hecho que el hidrocarburo, debido sobre todo al oleaje, permanece disgregado en porciones de reducido tamaño.

Aun cuando en los instantes posteriores al naufragio, todo hacía suponer que las dos manchas que inicialmente se formaron terminarían por impactar en la costa francesa, lo cierto es que aquellos presagios no se cumplieron. El combustible ha permanecido a merced de los vientos dominantes, sobre todo del este y nordeste. Esta circunstancia ha hecho que las manchas se hayan acercado tanto a Asturias como a Galicia, por lo que las autoridades de ambas comunidades mantienen activados sus respectivos planes de anticontaminación.

Frente a cabo Peñas

«Los restos estarían ahora a la altura del cabo Peñas, en Asturias, a unos 150 kilómetros al norte, aunque la zona de mayor probabilidad de que haya manchas estaría, más o menos, al sur del punto del hundimiento, unos cien kilómetros más cerca de la costa cantábrica», indica Manuel González, técnico de Azti. «El viento del oeste y noroeste de la semana pasada ha disgregado mucho el hidrocaburo», añade.

El viento del oeste y noroeste de la semana pasada ha disgregado mucho las manchas

Expertos en oceanografía afirman que, antes o después, el galipote terminará por impactar en la costa, aunque por el momento se mantiene la incógnita sobre si lo hará en la cantábrica o la francesa. «Hasta el viernes no se esperan vientos fuertes, pero sí serán del oeste y noroeste, de forma que el material seguirá derivando lentamente hacia el fondo del Golfo de Bizkaia, entre Las Landas y Santander», indica González.

Por el momento, las autoridades galas no han facilitado la cantidad de combustible que ha sido recuperado del mar. El ‘Grande America’, que permanece a 4.600 metros de profundidad, frente a La Rochelle, llevaba en sus tanques 2.200 toneladas de fuel que utilizaba para propulsarse en la travesía que debía llevarle de Hamburgo a Casablanca. De momento, la única cifra que ha trascendido es la de las 333 toneladas que se han descargado en Bizkaia. Pero esta cantidad parece insignificante si se tiene en cuenta que el hidrocarburo emulsiona, absorbe agua y multiplica su peso casi por diez.

De Francia a Galicia

Pero el fuel no es el único peligro que esconde el buque hundido. El navío, además, contenía 190 toneladas de combustible diésel, 70.000 litros de aceite, 2.100 vehículos, 365 contenedores… En total había 1.050 toneladas de mercancías peligrosas, de las que la mayoría están en los containers que se hundieron con el barco, según desveló el prefecto marítimo de Brest, el vicealmirante Jean-Louis Lozier. Entre los productos que figuran en el inventario como peligrosos hay 720 toneladas de ácido clorhídrico, 82 de ácido sulfúrico, y 62 de resina en solución. Además, varias toneladas de encendedores, aerosoles y biocidas…

Entre los considerados no peligrosos hay 18 contenedores con fertilizantes, siete con resinas, cinco de lubricantes o uno con fibras de poliéster. En el hipotético caso de que el material se esparciera por el mar, supondría una amenaza para la fauna de la zona, que podría confundirlo con alimento y engullirlo.

Asimismo, había 2.100 vehículos a bordo de los que 1.779 eran ligeros nuevos y 190, camiones, 43 nuevos y 147 usados.



LA CIFRA

29 días han transcurrido desde que se hundió el mercante italiano a unos 300 kilómetros de La Rochelle. El viernes se cumple un mes del siniestro. Desde entonces, se ha mantenido un amplio dispositivo para recoger la mayor parte de las 2.200 toneladas de combustible que llevaba al buque en sus depósitos.



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