La Confederación General del Trabajo (CGT), es una organización de clase, que pretende ser una herramienta útil al servicio de las personas trabajadoras. CGT mantiene los valores del sindicalismo libertario, siguiendo los principios de la honestidad, coherencia, transparencia, democracia directa, horizontalidad.
En nuestra organización no existen ejecutivas, siendo nuestros cargos elegidos, simples gestores para cumplir los acuerdos tomados por los y las afiliadas.
Tampoco existe en CGT la profesionalización de nuestros representantes, regulando y promoviendo para ello la rotación en los cargos y limitando el tiempo de mandato. Así mismo dichos cargos no perciben salario, plus u otra prebenda para ejercer esta labor.
Nuestra independencia de cualquier otra organización, partido político o gobierno de turno, está garantizada por la exigencia de nuestros estatutos de que un cargo de representación de CGT, no puede pertenecer a otra organización, ni por supuesto instrumentalizar al sindicato en beneficio de otros intereses. Y por supuesto no puede expresarse en contra de aquellos acuerdos, que hemos tomado entre todas las personas que formamos la confederación.
A la vez, el hecho de que nuestras finanzas están basadas prácticamente en su totalidad en las aportaciones de los afilados y afiliadas, nos libran de cualquier servidumbre.
CGT, tal como exponemos, se basa en principios y valores, que evidentemente no son nuevos pero que a su vez son perfectamente actuales, necesarios y útiles a una organización personas trabajadoras. CGT no nace ni del capricho ni de la improvisación, partiendo de una herencia histórica, se hace evidente cada vez más la importancia de un sindicalismo alternativo a lo oficial, al que ha aceptado las reglas de juego de los que mandan, que necesita para su supervivencia la inyección económica del gobierno de turno. De un sindicalismo que tiene su razón de ser en su propia existencia, y el sentido de la misma, en mantener una estructura privilegiada para ser útil a los poderosos.
CGT es y tiene sentido en cuanto sirva a los trabajadores, a las personas. Lo importante, es no tanto su existencia, como las razones expuestas para ser. Ni tiene sentido ni podría ser una CGT que reprodujera las mismas actuaciones que otras organizaciones, pero también para que todo esto sea posible necesitamos que cada vez seamos más y más las personas que participen de nuestro modelo, y sin duda de la fortaleza de CGT no beneficiamos todas.
CGT Mar y Puertos, nace como en otros sectores de la CGT desde su práctica inexistencia, y como respuesta al sindicalismo institucional que no pocas veces se basa en la corrupción y el enchufismo.
Desde estos inicios, a principios de los años 90 del pasado siglo, nuestra presencia no ha parado de crecer, llegando a alcanzar la representatividad en sectores como el Tráfico Interior, Marina Mercante, Salvamento Marítimo. Uno de los puntos de inflexión en nuestra andadura fue la integración del Sindicato de Trabajadores de la Marina Mercante en nuestra organización, la cual culmina en el año 2007, y de cuyo proceso nace el STMM-CGT, que se siente heredero del que fue Sindicato Libre de la Marina Mercante, antes de su naufragio entre los mayoritarios.
De esta fusión de dos sindicatos autónomos, consolidamos otro modelo sindical en la mar que ha reivindicado la defensa de los derechos de los marinos desde la acción directa y la autogestión, sin la injerencia de partidos políticos o sindicatos mayoritarios que solo han servido como herramientas de destrucción y demolición de nuestro sector llevándonos a todas y todos los trabajadores del mar a unas condiciones de desempleo y precariedad laboral sin precedentes.
La complicidad en el desmantelamiento del Instituto Social de la Marina y la perdida de muchos de sus recursos asistenciales y formativos, la venta regalada de lo que quedaba de sector público en la Marina Mercante, la firma de convenios (incluso en vacas gordas) donde se regalaban derechos adquiridos como la antigüedad, la aceptación de las políticas liberalizados sobre la Marina Mercante y la Pesca que han llevado prácticamente a la extinción de la profesión marítima en nuestro país son algunos tristes ejemplos de lo que “han hecho por nosotros” los sindicatos mayoritarios.
La publicación trimestral de la práctica totalidad de las profesiones marítimas como de difícil cobertura, permite a nuestras navieras que a través de las agencias de contratación españolas, que extorsionan a marinos procedentes de otros países para ofertarlos como mano de obra semi-esclava a las armadoras para trabajar en la Marina Mercante y en pesqueros de altura españoles abanderados en el extranjero en condiciones infrahumanas por salarios inferiores a los 400 euros.
Es quizá esta la visualización más escandalosa de lo expuesto y que también es posible gracias a la bendición de nuestros dirigentes y de los agentes sociales al servicio de la patronal.
La vergonzosa actuación de la administración en cuanto a las titulaciones y certificados profesionales náuticos y los criterios para sus revalidaciones son una vergüenza y un desprecio a nuestra dignidad, que solo hace que poner trabas a nuestros profesionales, dificulta el acceso al trabajo, cuando no expulsa a muchos del trabajo marítimo. Si añadimos a esto la cada vez menos oferta formativa y las dificultades cada vez mayores para acceder a la misma, tenemos el cóctel perfecto para dar la puntilla al trabajo en la mar.
Lo expuesto nos debe reforzar en la necesidad de reivindicar nuestros derechos nosotros mismos, los propios marinos, solidariamente con el resto de trabajadores de otros ámbitos. Y para que ello sea posible, remarcamos la importancia de una organización sindical independiente de partidos, gobierno y armadores, y al servicio de la gente de mar. Os animamos por tanto a todos y todas a que lo hagáis en CGT, que la hagáis vuestra organización, que entre todas y todos consigamos que cada sea más grande, más fuerte y más eficaz en la defensa de las personas trabajadoras.
También en el ámbito portuario la destrucción de lo público ha sido un referente, habiéndose permitido y propiciado la privatización de casi toda la actividad portuaria, para exclusivo beneficio de los de siempre. El precio subvenciones y presencia en consejos de administración, junto con el reparto en el enchufismo.
En este entorno nuestro crecimiento es y ha sido difícil, destacando la actuación de los compañeros de CGT en la Autoridad Portuaria de Tarragona, que obtuvieron la mayoría. Ellos junto a compañeros de Marín, Santander y otros puertos, con la práctica han demostrado que otro sindicalismo es posible, pero siendo insuficiente para cambiar y revertir la situación de los trabajadores en los puertos de nuestras costas.
Mucho hemos avanzado, y mucho más valor tiene cuando ello es fruto exclusivo de aquellas personas que con su trabajo honesto en defender el proyecto de CGT han sacrificado parte de sus vidas. Y por el contrario hemos contado con la oposición radical incluso de aquellas organizaciones que se dicen de clase y que por tanto deberían compartir intereses con nosotras.
Queda por tanto mucho por hacer y necesitamos que cada vez seamos más y más los que plantemos cara a la continua pérdida de derechos, a la venta de los mismo por quienes deberían ser la vanguardia en su defensa, de parar los pies a la ambición desmedida que pone por delante de las personas el beneficio obsceno de unos pocos.
A las personas honradas, honestas, solidarias, os esperamos en CGT para cambiar la realidad.
Salud