Apenas unos meses después de la compra de Transmediterránea la naviera pasa de beneficios a pérdidas
El 2019 no empieza con optimismo para los trabajadores del Grupo Naviera Armas. La empresa asegura que tras la adquisición del 92,7% del Grupo Trasmediterránea, hasta entonces en manos de Acciona, la empresa ha entrado en pérdidas, obligando a una reestructuración interna que pasa por el despido de trabajadores.
La actual plantilla teme que éste sea el paso previo a la reventa de las dos navieras al no poder hacer frente a una operación de esta envergadura.
No es la primera vez que el Grupo Naviera Armas somete a su plantilla a una injusta reorganización del trabajo con el fin de mantener el superávit
El sindicato reconoce que el armador se ha metido en “un proyecto faraónico” al que no puede hacer frente. La operación de compra de Transmediterránea por parte del Grupo Naviera Armas sorprendía al Sector de la Marina Mercante generando muchas controversias y preocupaciones sobre el fin último de la operación.
Desde el primer momento se intentó establecer contacto con el nuevo armador para conocer cuál era el plan estratégico con el que se iba a hacer frente a una operación de esta magnitud, pero el silencio ha sido la única respuesta hasta que la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia dio su aprobación en mayo de 2018.
A raíz de este momento se creó una sucesión de empresas para reorganizar al personal bajo una nueva sociedad, pero a cierre del ejercicio de 2018, todas las maniobras llevadas a cabo para facilitar la integración entre armadores han conducido a resultados contables negativos.
Después de años de superávit a costa de previas reorganizaciones por parte de la plantilla para superar los profundos años de crisis en Trasmediterránea y seguir manteniendo la compañía a flote, el Grupo Naviera Armas “recurre a políticas económicas rancias y miserables para justificar el desmantelamiento de las dos navieras”.
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